Las cooperativas, junto a otras entidades entre las que se encuentran las sociedades laborales y los centros especiales de empleo, integran la denominada economía social.
Uno de los aspectos claves de un desarrollo y crecimiento sostenible de la economía es impulsar este tipo de entidades enmarcadas en una estrategia regional.
El papel central que asumen las personas trabajadoras y socias otorga a estas empresas una serie de características muy particulares y valiosas, que en especial son adecuadas para atender diversas demandas, inquietudes y problemáticas del mundo actual, ligadas a los profundos y rápidos cambios que está experimentando el conjunto de la sociedad y la economía.
La economía social se fundamenta en un conjunto de valores orientados a fines sociales.